El barraquismo de Barcelona, fenónemo urbano acaecido a lo largo del siglo XX, creó una ciudad informal al lado de la ciudad planificada de los núcleos antiguos, el Eixample, los polígonos y otras formas de crecimiento periférico. Esta ciudad informal se extendió por la montaña de Montjuic y el frente marítimo, y ocupó tanto las colinas como algunos espacios intersticiales de la periferia del Eixample. Montjuic, el Somorrostro, el Carmel o la Perona pasarían a ser nombres míticos que hoy permanecen en el imaginario de la ciudad y que, debido a su lucha por mejorar la calidad de vida, a menudo acabaron convirtiéndose en banco de pruebas de movimientos asistenciales, sociales y vecinales. Museu d´História de Barcelona
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